domingo, 24 de abril de 2011

La Celestina-Prólogo

Pró logo

Todas las cosas ser criadas a manera de contienda o batalla, dize aquel gran sabio Eráclito [16] en este modo: «Omnia secundum litem fiunt.» Sentencia a mi ver digna de perpetua y recordable memoria. E como sea cierto que toda palabra del hombre sciente está preñada, desta se puede dezir que de muy hinchada y llena quiere [17] rebentar, echando de sí tan crescidos ramos y hojas, que del menor pimpollo se sacaría harto fruto entre personas discretas. Pero como mi pobre saber no baste a mas de roer sus secas cortezas de los dichos de aquellos, que por claror de sus ingenios merescieron ser aprouados, con lo poco que de allí alcançare, satisfaré al propósito deste perbreue prólogo. Hallé esta sentencia corroborada por aquel gran orador e poeta laureado, Francisco Petrarcha, diziendo: «Sine lite atque offensione nihil genuit natura parens»: Sin lid e offensión ninguna cosa engendró la natura, madre de todo. Dize más adelante: «Sic est enim, et sic propemodum universa testantur: rapido stellæ obviant firmamento; contraria inuicem elementa confligunt; terræ tremunt; maria fluctuant; aer quatitur; crepant flammæ; bellum immortale venti gerunt; tempora temporibus concertant; secum singula nobiscum omnia». Que quiere dezir: «En verdad assí es, e assí todas las cosas desto dan testimonio: las estrellas se encuentran en el arrebatado firmamento del cielo; los aduersos elementos vnos con otros rompen pelea, tremen las tierras, ondean los mares, el ayre se sacude, suenan las llamas, los vientos entre si traen perpetua guerra, los tiempos con tiempos contienden e litigan entre si, vno a vno e todos contra nosotros.» El [18] verano vemos que nos aquexa con calor demasiado[SC3] , el inuierno con frío y aspereza: assí que esto nos paresce reuolución temporal, esto con que nos sostenemos, esto con que nos criamos e biuimos, si comiença a ensoberuecerse más de lo acostumbrado, no es sino guerra. E quanto se ha de temer, manifiéstase por los grandes terromotos e toruellinos, por los naufragios y encendios, assí celestiales como terrenales; por la fuerça de los aguaduchos[SC4] , por aquel bramar de truenos, por aquel temeroso ímpetu de rayos, aquellos cursos e recursos de las nuues, de cuyos abiertos mouimientos, para saber la secreta causa de que proceden, no es menor la dissension de los [19] filósofos en las escuelas, que de las ondas en la mar.
Pues entre los animales ningún género carece de guerra: pesces, fieras, aues, serpientes, de lo qual todo, vna especie a otra persigue. El león al lobo, el lobo la cabra, el perro la liebre e, si no paresciesse conseja[SC5]  de tras el fuego, yo llegaría más al cabo esta cuenta. El elefante, animal tan poderoso e fuerte, se espanta e huye de la vista de vn suziuelo ratón, e avn de solo oyrle[SC6]  toma gran temor. Entre las serpientes el basilisco[SC7]  crió la natura tan ponçoñoso e conquistador de todas las otras, que con su siluo las asombra e con su venida las ahuyenta e disparze, con su vista las mata. La bíuora, reptilia o serpiente [20] enconada, al tiempo del concebir, por la boca de la hembra metida la cabeça del macho y ella con el gran dulçor apriétale tanto que le mata e, quedando preñada, el primer hijo rompe las yjares de la madre, por do todos salen y ella muerta queda y él quasi como vengador de la paterna muerte. ¿Que mayor lid, que mayor conquista ni guerra que engendrar en su cuerpo quien coma sus entrañas?
Pues no menos dissensiones naturales creemos auer en los pescados; pues es cosa cierta gozar la mar de tantas formas de pesces, quantas la tierra y el ayre cría de aues e animalias e muchas más. Aristótiles e Plinio cuentan marauillas de un pequeño pece llamado Echeneis[SC8] , quanto sea apta su propriedad para diuersos géneros de lides. Especialmente tiene vna, que si [21] llega a vna nao o carraca, la detiene, que no se puede menear, avnque vaya muy rezio por las aguas; de lo qual haze Lucano mención, diziendo:

Non puppim retinens, Euro tendente rudentes,
In mediis Echeneis aquis.

«No falta allí el pece dicho Echeneis, que detiene las fustas, quando el viento Euro estiende las cuerdas en medio de la mar». ¡O natural contienda, digna de admiración; poder más vn pequeño pece que vn gran nauío con toda su fuerça de los vientos!
Pues si discurrimos por las aues e por sus menudas enemistades, bien affirmaremos ser todas las cosas criadas a manera de contienda. Las mas biuen de rapina, como halcones e águilas e gauilanes. Hasta los grosseros milanos insultan dentro en nuestras moradas los domésticos [22] pollos e debaxo las alas de sus madres los vienen a caçar[SC9] . De vna aue llamada rocho, que nace en el índico mar de Oriente, se dize ser de grandeza jamás oyda e que lleva sobre su pico fasta las nuues, no solo vn hombre o diez, pero vn nauío cargado de todas sus xarcias e gente. E como los míseros navegantes estén assí suspensos en el ayre, con el meneo de su buelo caen e reciben crueles muertes.
¿Pues qué diremos entre los hombres a quien todo lo sobredicho es subjeto? ¿Quién explanará sus guerras, sus enemistades, sus embidias, sus aceleramientos e mouimientos e descontentamientos? ¿Aquel mudar de trajes, aquel derribar e renouar edificios, e otros muchos affectos diuersos e variedades que desta nuestra flaca humanidad nos prouienen?
E pues es antigua querella e uisitada de largos [23] tiempos[SC10] , no quiero marauillarme si esta presente obra ha seydo instrumento de lid o contienda a sus lectores para ponerlos en differencias[SC11] , dando cada vno sentencia sobre ella a sabor de su voluntad. Unos dezían que era prolixa, otros breue, otros agradable, otros escura; de manera que cortarla a medida de tantas e tan differentes condiciones a solo Dios pertenesce. Mayormente pues ella con todas las otras cosas que al mundo son, van debaxo de la vandera desta notable sentencia: «que avn la mesma vida de los hombres[SC12] , si bien lo miramos, desde la primera edad hasta que blanquean las canas, es batalla.» Los niños con los juegos, los moços con las letras, los mancebos con los deleytes, los viejos con mill especies de enfermedades pelean y estos papeles con todas las edades. La primera los borra e rompe, la segunda no los sabe bien leer, la tercera, que es la alegre juventud y mancebía, [24] discorda. Vnos les roen los huessos[SC13]  que no tienen virtud, que es la hystoria toda junta, no aprouechándose de las particularidades, haziéndola cuenta[SC14]  de camino; otros pican[SC15]  los donayres y refranes comunes, loándolos con toda atención, dexando passar por alto lo que haze más al caso e vtilidad suya. Pero aquellos para cuyo verdadero plazer es todo, desechan el cuento de la hystoria para contar, coligen la suma para su prouecho, ríen lo donoso, las sentencias e dichos de philosophos guardan en su memoria para trasponer[SC16]  en lugares conuenibles a sus autos[SC17]  e propósitos. Assí que quando diez personas[SC18]  se juntaren a oyr esta comedia, en quien quepa esta differencia de condiciones, como [25] suele acaescer, ¿quién negará que aya contienda en cosa que de tantas maneras se entienda? Que avn los impressores han dado sus punturas, poniendo rúbricas o sumarios[SC19]  al principio de cada aucto, narrando en breue lo que dentro contenía: vna cosa bien escusada según lo que los antiguos scriptores vsaron. Otros han litigado sobre el nombre, diziendo que no se auía de llamar comedia, pues acabaua en tristeza, sino que se llamase tragedia. El primer auctor[SC20]  quiso darle denominación del principio, que fue plazer, e llamóla comedia. Yo viendo estas discordias, entre estos extremos partí agora por medio la porfía, e llaméla tragicomedia[SC21] . Assí [26] que viendo estas contiendas, estos dissonos[SC22]  e varios juyzios, miré a donde la mayor parte acostaua[SC23] , e hallé que querían que se alargasse en el processo de su deleyte destos amantes, sobre lo qual fuy muy importunado; de manera que acordé, avnque contra mi voluntad, meter[SC24]  segunda vez la pluma en tan estraña lauor e tan agena de mi facultad, hurtando algunos ratos a mi principal estudio, con otras horas destinadas para recreación, puesto que no han de faltar nueuos detractores a la nueua adición. [27]

SÍGUESE

La comedia o tragicomedia[SC25]  de Calisto y Melibea, compuesta en reprehensión de los locos enamorados, que, vencidos en su desordenado apetito, a sus amigas llaman e dizen ser su Dios. Assí mesmo fecha en auiso de los engaños de las alcahuetas e malos e lisonjeros siruientes.



Argumento de toda la obra

Calisto fue de noble linaje, de claro ingenio, de gentil disposición, de linda criança, dotado de muchas gracias, [28] de estado mediano. Fue preso en el amor de Melibea, muger moça, muy generosa, de alta y sereníssima sangre, sublimada en próspero estado, vna sola heredera a su padre Pleberio, y de su madre Alisa muy amada. Por solicitud del pungido Calisto, vencido el casto propósito della (entreueniendo Celestina, mala y astuta muger, con dos seruientes del vencido Calisto, engañados e por esta tornados desleales, presa su fidelidad con anzuelo de codicia y de deleyte), vinieron los amantes e los que les ministraron, en amargo y desastrado fin. Para comienço de lo cual dispuso el aduersa fortuna lugar oportuno, donde a la presencia de Calisto se presentó la desseada Melibea. [29]

 [SC1]¿Quién es el autor de este Prólogo? Aparece por primera vez en la edición de Sevilla de 1502. Ahora bien, en ella Proaza añadió otra copia al fin: «Penados amantes...», para justificar el nuevo título de Tragicomedia, que también aparece por vez primera en esta edición: «Toca cómo se devía la obra llamar tragicomedia e no comedia», como dice el mismo Proaza con la copla que añade. Suyo es, pues, este título. Suyas son las tres nuevas octavas que da como del autor al fin de la obra y también salen por primera vez en esta edición («Concluye el autor»), de las cuales la primera es la última de las once coplas preliminares de la edición del año anterior de 1501, con ciertas variantes, como dice Bonilla. Suyas, pues, fueron las once coplas. Ahora bien, el Prólogo habla al fin del cambio de título en tragicomedia y aparece por primera vez en la edición de 1502, donde Proaza añadió y retocó todas esas cosas. Suyo es, por consiguiente, el Prólogo. Y suyos los autos añadidos y las correcciones hechas, que en esta misma edición convierten la Comedia de 16 autos en Tragicomedia de 21 autos. Así se comprende lo despropositado de todo el Prólogo, que es un plagio, del que puso Petrarca al «Segundo libro de los remedios contra adversa fortuna», «De Remediis utriusque fortunae» (Francisci Petrarchae Florentini, Philosophi, Oratoris et Poetae clarissimi... Opera quae extant omnia. Basilea, 1554). El prólogo del poeta italiano es magnífico y expresa cómo todas las cosas del mundo son lucha, lo cual hacía muy a su propósito de pintar la fortuna; pero aquí viene todo ello a cuento de que la presente obra ha sido causa de contienda entre sus lectores. El ingenio consiste en la proporción entre los medios y el fin y la locura entre su desproporción. (NOTA: Com. en “Pró”  y “logo”;).
 [SC2]Continuación... Dígase si hay proporción entre la tesis de la lucha universal y el discutir sobre una comedia, y se verá si tal prólogo es digno del ingenio que la comedia escribió. Además, propio es del corrector y añadidor de autos el tomar cosas de Juan de Mena. Pues bien, en este Prólogo, al llegar al pez rémora, deja al Petrarca e ingiere lo que de él trae el poeta cordobés. En cambio, no toma otras muchas preciosidades del prólogo del Petrarca. La obra de éste fue traducida e impresa en castellano por Francisco de Madrid, Arcediano de Alcor, Valladolid, 1510; pero antes corrió en manuscritos y se leyó en otra traducción durante el siglo XV. (Véase A. FARINELLI, Giornale storico della letterat. ital., t. 44, p. 297). En el Petrarca: «Ex omnibus quae mihi lecta placuerint vel audita, nihil pene vel insedit altius, vel tenacius inhaesit, vel crebius ad memoriam redit, quam illud Heracliti: Omnia secundum litem fieri, et sic esse propemodum universa testantur...» Sabido es que no se conservan de Heráclito más que citas traídas por otros autores. Esta la tomó el Petrarca de Orígenes, Contra Celsum, VII, p. 663, como puede verse en Didot, Fragm. philos., I, p. 319:
[eîth' héxes... phesì theîón tina pólemon ainíttesthai toùs palaioùs, herákleiton mèn légonta hôde: eidénai chrè tòn pólemon eónta xynòn kaì díke érin, kaì ginómena pánta kat' érin kaì phtheirómena]
«También dice luego que los antiguos entendían una cierta guerra divina, y así dice Heráclito: Es de saber que hay guerra común y discordia en lugar de la justicia, y que todo nace y muere por discordia y lucha.»
 [SC3]Sigue traduciendo al Petrarca: «Ver humidum, aestas arida, mollis autumnus, hyems hispida et quae vicissitudo dicitur pugna et...» Francisco Madrid vierte: ·El verano húmido, el estío seco, mojado el otoño y el invierno erizado e lo que llaman sucessiones en la verdad contienda, e las mismas cosas que nos crían e por quien bivimos, que con tantos halagos nos regalan, si se comienzan a enseñar quan espantables sean, muestranlo los terremotos, los arrebatados torvellinos, los naufragios y los fuegos crueles del cielo y de la tierra. Qué sobresalto el granizo, qué fuerça de las lluvias, qué temor el del tronido, qué ímpetu el del rayo, qué ravia la de las tempestades, qué hervor, qué bramido el del mar, qué ruydo el de los arroyos... ay en las escuelas tanta discordia entre los philosophos como en el mar entre las ondas. Pues qué diré, que ningún animal caresce de guerra, los peces, las fieras, las aves, las sierpes ni los hombres. Un linage offende a otro e ninguno entre todos tiene reposo. El león al lobo, el lobo al can y el can persigue a la libre...»
 [SC4]Aguaduchos, avenidas de aguas (véase mi edic. de Hita.)
 [SC5]Conseja de las que dicen las viejas tras el fuego, como dijo Santillana de los refranes que recogió en los hilanderos o veladas.
 [SC6]«De todos cuantos animales hay al que más aborrecen es al ratón y, si sienten que la comida que les echan en el pesebre ha sido tocada de alguno, no la quieren» (Plin. en HUERTA, 8, 10)
 [SC7]Del basilisco véase HUERTA, Plin., 8, 21. De la víbora diremos después. Sigue la traducción del Petrarca: «El basilisco a todas las otras sierpes espanta con el siflo, destierra con la presencia y mata con la vista... Pues si creemos lo que de la natura de la bívora escriven grandes hombres quanta contrariedad de cosas y qué discordia ay en ella, que con desenfrenada dulçura, aunque natural, mete el macho la cabeza en la boca de la hembra y ella con arrebatado hervor de luxuria se la corta e quedando buida y preñada, quando viene el tiempo de parir, agravada de la multitud de los hijos, como si cada uno procurase la venganza de la muerte de su padre, tanto trabaja por ser el primero a salir que hazen rebentar a la madre...»
 [SC8]En el Petrarca: «Echineis semipedalis piscicuius navim, quamvis immensam,ventis, undis remis, velis actam, retinet.» Pero aquí se acordó de Juan de Mena el corrector y, dejando al Petrarca, se fue a la «Glosa sobre las trezientas del famoso poeta Juan de Mena, compuesto por Hernand Nuñez de Toledo, Comendador de la orden de Santiago», de cuya edición de 1490 tomó otras erudiciones, o de la misma edición de Sevilla de 1499, que tengo a la vista. Mena dice en el Laberinto (c. 242): «Allí es mezclada grand parte de Echino, / el cual aunque sea muy pequeño pez, / muchas vegadas, y no una vez, / detiene las fustas que van su camino.» La Glosa del Comendador dice: «Allí es mezclada gran parte de echino. Lucano (Non puppim retinens euro tendente rudentes in mediis echeneis, aquis), que quiere decir no falta allí el pez dicho echeneis, que detiene las fustas en mitad del mar, cuando el viento euro extiende las cuerdas. Deste pez dice Plinio... Aristóteles escribe que... El error de Juan de Mena en poner echino por echeneis, siendo dos peces de tan diversa natura, procedió de estar depravados los libros de Lucano, del cual él tomó esto. Porque leyese en Lucano desta manera: «Non puppim retinens euro tendente rudentes in mediis echinus aquis.» Por decir «in mediis aquis». «Asy mismo estava esta diction depravada en Plinio en el nono libro de la historia natural.» Bien se ve cómo Proaza tomó este trozo de la Glosa de H. NÚÑEZ, con las citas de Lucano (6, 674), Plinio y Aristóteles y la corrección del texto. El Laberinto así glosado era, pues, el libro que Proaza manejaba. Véase HUERTA, Plinio, 9, 25. Adviértase que en la edición de la Glosa, de Salamanca, 1505, han quitado los versos de Lucano.
 [SC9]En el Petrarca: «Esse circa mare Indicum inauditae magnitudinis avem quandam, quam Rochum nostri vocant...» Traduce Francisco Madrid: «Que diz que ay cerca del mar Indico una ave de grandeza nunca oyda, que los nuestros llaman Rocho, que no solamente un hombre, mas todo un navío entero se lleva hasta las nuves colgado del pico. E de allí dexandole caer mata los tristes navegantes...» «Homo ipse terrestrium dux et rector animalium...» «El mesmo hombre señor de todas las cosas terrenales e gobernador de todas las cosas que tienen anima.» Sigue el Petrarca particularizando lo que aquí se cifra en pocas palabras.
 [SC10]Todo este descarado plagio sobre la lucha del universo, para venir a no maravillarse si esta obra ha seydo instrumento de lid o contienda a sus lectores! ¡No valía la pena!
 [SC11]Differencias, no es galicismo. MAR., H. E., I, II: Entre sus sobrinos habían resucitado debates y diferencias, las cuales pretendía apaciguar.
 [SC12]Que aun la misma vida. El Petrarca: «La conclusión pues sea que todas las cosas y especialmente la vida de los hombres no es otras cosa sino una contienda». Y poco más arriba: «Qué guerra tienen los niños con las caydas, y qué contienda los mochachos con las letras... qué pleyto los mancebos con los deleytes... qué pena passan los viejos con la edad y enfermedades vezinas a la muerte».
 [SC13]Les roen los huesos a estos papeles, gustan tanto de ellos, que hasta los huesos les roen. Así en Guevara, Men. Corte, 15: No contento de roer los huesos (gustar del mundo). Además, murmurar, valor que juntamente tiene aquí, pues (dicen) que no tienen virtud (los huesos). Este valor en GALINDO, H, 467, como roerle los zancajos.
 [SC14]Cuenta, acaso cuento.
 [SC15]Pican, dícese del comer un poquillo, gustando varias costillas en la mesa, como los pájaros. ZABALETA, Dia, f. I, 4: Mientras el pájaro niño pica torpe el granillo en el suelo.
 [SC16]Trasponer, usar en otras ocasiones, metáfora del trasplantar. HERR., Agr., 3, 5, 7: En el riñón del invierno poner o trasponer árboles.
 [SC17]Autos, actos, hechos.
 [SC18]Quando diez personas. Para oírla leer, que para eso se escribió, y confírmanlo los versos finales de Proaza (4.ª estrofa): como que él es el que escribió este Prólogo, y aquí repite lo de allí.
 [SC19]Rúbricas o sumarios llama el autor de este Prólogo, esto es, Proaza, a los «argumentos nuevamente añadidos», como dice la edición más antigua de 1499. No son, pues, del autor. Y de hecho, si son cosa bien escusada, el autor los hubiera suprimido; pero no fue él, sino Proaza, el que escribió este Prólogo.
 [SC20]El primer auctor, el del primer acto. Bien se ve no escribir esto el autor de los quince restantes, sino Proaza, pues el autor verdadero la llamó Comedia, y así se llama en la edición de 1499, y no menos en la de Sevilla de 1501, en que ya metió la mano Proaza, y sólo en la del año siguiente de 1502 la llamó Proaza Tragicomedia, añadió actos y este Prólogo.
 [SC21]Tragicomedia. Plauto, en el prólogo del Anfitrión: «Voy a exponeros el argumento de esta tragedia. ¿Por qué arrugáis el frente? ¿Porque os dije que iba a ser tragedia? Soy un dios y puedo, si queréis, transformarla en comedia sin cambiar ninguno de los versos. ¿Queréis que los haga así o no? ¡Pero, necio de mí, que siendo un dios no puedo menos de saber lo que pensáis sobre esta materia! Haré, pues, que sea una cosa mixta, a la cual llamaré trágico-comedia, porque no me parece bien calificar siempre de comedia aquella en que intervienen reyes y dioses, ni de tragedia a la que admite personajes de siervo. Será, pues, como os he dicho, una trágico-comedia.» MENÉNDEZ Y PELAYO (Oríg. Nov., III, XLVIII) opina que Rojas tomó este nombre de Plauto y de Verardo de Cesena, que lo tomó de Plauto para su Fernandus Servatus, que dice debió de leer Rojas. Pero ni el autor la llamó Tragicomedia, sino Trágico-comedia; ni el corrector que la llamó Tragicomedia da para ello la razón de Plauto, sino la de ser mezcla de tristeza y placer. Creo, pues, que el corrector, al llamarla Tragicomedia, formó este nombre sin saber de Plauto o sin acordarse de él, sólo por las opiniones varias que corrían y conforme al criterio de tristeza y placer, bien diferentes del que Plauto y los romanos tenían de estos dos géneros dramáticos. Como está bien acomodado este título y así se ha hecho corriente, creo debemos conservarlo.
 [SC22]Dissonos, voz latino-bárbara.
 [SC23]Acostava, se inclinaba. FUENM., S. Pío V. f. 34: Dejada la amistad de España, a quien padre y hermano habían servido, por promesas del cardenal, acostó a la parte de Francia.
 [SC24]Meter, añadir autos hasta 21 a los 16 primitivos y otras cosas en los mismos primitivos 16 autos.
 [SC25]Menéndez y Pelayo, que en todo muestra su gran erudición bibliográfica, dice (Oríg. Nov., III, LXIX) que se parece este título al de la comedia humanística Paulus, de Pedro Pablo Vergerio, escrita en el siglo XIV: Paulus comoedia ad iuvenum mores coercendos, y cuyo propósito fue mostrar cómo los malos siervos y las mujeres perdidas estragan los más ricos patrimonios, ad diluendas opes. Paulus es estudiante y se vale de criados y de una tercerona. Pero aquí y en estos rasgos generales acaba la semejanza. La cual, por lo visto, es harto mayor con la obra del Arcipreste de Hita y su glosa del Pamphilus, no sólo en el asunto, que es el mismo, sino en el propósito e intento moral. Lo de dizen ser su Dios es de HITA (c. 661): «Amovos mas que a Dios.»

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